Los procedimientos de cirugía plástica como el levantamiento de glúteos brasileño, la abdominoplastia y la liposucción pueden alterar el sistema linfático y tardar hasta tres meses en reconstruirse. Los masajes linfáticos pueden acelerar este proceso, mejorando los resultados quirúrgicos al reducir la congestión y promover el drenaje de líquidos. Esto también puede minimizar el riesgo de infección, ya que el exceso de líquido puede ejercer presión en los lugares de la incisión. Los cirujanos plásticos suelen recomendar masajes linfáticos después de procedimientos que causan hinchazón, comenzando aproximadamente dos semanas después de la operación, con 3 a 5 sesiones por semana. Los beneficios incluyen una curación más rápida de la piel, eliminación de la anestesia residual, reducción del dolor y el malestar, recuperación más rápida de los hematomas, mejora de la circulación y reducción de la inflamación. Sin embargo, las personas con ciertas condiciones de salud, como infecciones, problemas renales/hígados, antecedentes de derrames cerebrales/coágulos sanguíneos o insuficiencia cardíaca congestiva, pueden no ser candidatos adecuados debido a posibles complicaciones.